Movilidad

¿Qué es el tráfico de agitación y cómo reducirlo?

30 diciembre, 2024

El tráfico de agitación es el conjunto de vehículos que circulan por un municipio buscando aparcamiento. Se trata de un fenómeno habitual con un impacto muy negativo en la movilidad municipal: por una parte, porque dificulta la movilidad urbana y, de la otra, porque es especialmente contaminante. 

La búsqueda de estacionamiento supone el 25% del tiempo que los conductores pasan al volante y, en los momentos de mayor congestión urbana, el 35% de los vehículos que circulan están buscando aparcamiento, según un estudio de la empresa Parclick recogido por Europa Press. El tráfico de agitación, por lo tanto, agrava aún más el problema de movilidad que tienen muchas ciudades.

Según el TomTom Traffic Index de 2023, Barcelona es la ciudad del país en la que se pierde más tiempo al año conduciendo en horas punta debido a los atascos: 59 horas, más de dos días. La capital catalana supera en esta clasificación a Palma de Mallorca (53 horas) y Madrid (51 horas). Por otra parte, Vitoria es la ciudad española donde más tiempo se tarda en avanzar 10 km (21 minutos), seguida de Gijón (19 min y 50 segundos), Alicante (19 min y 20 s), Barcelona y Zaragoza (19 min) y Madrid (18 min).

Además, el tráfico de agitación es una de las principales causas de la inseguridad vial en los municipios pequeños, donde se busca especialmente dejar el coche en la puerta de casa, de acuerdo con el documento “Guía para la introducción de criterios de seguridad vial en la redacción de los planes de movilidad urbana sostenible”, elaborado por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial y la Dirección General de Tráfico (DGT) en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Pero al margen de los problemas de movilidad, el tráfico de agitación tiene también consecuencias medioambientales, ya que la circulación a baja velocidad y con marchas cortas, además del hecho de frenar y acelerar con frecuencia, demanda un consumo más grande de combustible y, por lo tanto, genera más emisiones de CO₂.

Si analizamos el mencionado estudio de TomTom, vemos cómo, en hora punta, los coches no superan los treinta kilómetros por hora en ninguna de las siguientes ciudades: Barcelona (27 km/h), Madrid (29 km/h), Sevilla (29 km/h), Alicante (29 km/h), Vitoria (27 km/h) y Gijón (28 km/h).

 

¿Cómo reducir el tráfico de agitación?

El tráfico de agitación, como hemos visto, tiene consecuencias negativas no solo para los municipios, causando una peor movilidad urbana y más contaminación, sino también para los vecinos y vecinas, que pierden más tiempo en sus desplazamientos, gastan más dinero en combustible y sufren la contaminación acústica derivada de la congestión. Se trata de un fenómeno que muchos municipios están combatiendo con diversas medidas, entre las cuales destacan:

  • Zonas de acceso regulado (ZAR)

    • Implementación de zonas verdes y azules de aparcamiento para provocar la rotación de vehículos y desincentivar el desplazamiento con el coche.
    • Implementación de zonas de aparcamiento para residentes, de forma que estos necesiten menos tiempo para lograr estacionar en su barrio y se expulsen a los conductores-visitantes.
    • Implementación de aparcamientos de intercambio (P+R) que favorezcan el uso del transporte público para acceder al centro de la ciudad, como la aplicación AMB P+R del Área Metropolitana de Barcelona, que garantiza el aparcamiento en zonas autorizadas a las afueras si se utiliza después el transporte público para acercarse al centro con títulos de viaje de uso frecuente.

 

  • Zonas de bajas emisiones (ZBE):

reducción de la cantidad de vehículos que pueden acceder al área restringida con la prohibición de acceso a aquellos más contaminantes, aunque debe ir acompañada de otras medidas como un fortalecimiento del transporte público, ya que, si no, podría generar un efecto frontera: desplazar el problema a áreas de la ciudad limítrofes a la ZBE. En Cataluña hay 65 municipios que introducirán una zona de bajas emisiones antes de 2026.

 

  • Promoción de métodos de movilidad alternativos:

mejora de la infraestructura y de las frecuencias del transporte público, construcción de carriles bici para aumentar el uso de bicicletas e implementación de servicios de bici, moto o coche compartidos (como AMBici en el Área Metropolitana de Barcelona, Ganxeta en Reus o Girocleta en Girona).

 

Para garantizar un buen funcionamiento de las zonas de acceso regulado y de las zonas de bajas emisiones, algunos municipios utilizan tecnologías como nuestros sistemas de lectura de matrículas enfocados al control de las ZAR y las ZBE, con aplicaciones como la gestión de múltiples horarios y duraciones de la restricción de paso, la creación de listas de vehículos autorizados y de listas blancas para vehículos municipales y de emergencia o la generación de procedimientos sancionadores.